La actual contralora subrogante, Valentina Zárate, explicó los motivos por los que presentó su renuncia irrevocable a la Contraloría en una entrevista con diario El Comercio.
Zárate aseguró que hay temor dentro de la Contraloría, de la cual forma parte desde el 2008, y ahora prefiiere quedar al margen porque hay cosas que “no podía controlar” y que podrían empañar su trayectoria, que califica como legítima.
El nombramiento de Zárate como Contralora General Subrogante se produjo el pasado 14 de abril, tras la detención de Pablo Celi.
Zárate aún es Subcontralora porque la Ley Orgánica de Servicio Público establece que una renuncia tiene que ser presentada ante la autoridad nominadora, que en este caso sería Celi, por lo que la renuncia fue enviada a él y “tiene que ser aceptada o si esta no es aceptada en una fecha determinada, después de 15 días de transcurrido el plazo, esta se considera aceptada automáticamente”.
“Estoy esperando cuál de estos dos supuestos ocurre primero, me encuentro en el cargo como Subcontralora que es el cargo que venía desempeñando hace más de un año”, dijo.
En cuanto a la situación de la Contraloría, expresó que hay cosas complejas que no son “ajenas para nadie” y anotó que “este enjambre de variables, que no son de mi control, podría estar de ciertas formas atravesando mis legítimas capacidades técnicas para conducir la situación”.
“Contraloría es una institución vital para la democracia ecuatoriana. Sin embargo, necesita ser sometida a un serio proceso de reingeniería de sus procesos, para que pueda mejorar sus capacidades de control”, aseguró.
Además, apuntó que, “muchos funcionarios veo que hay temor de dar pasos que están legalmente establecidos, por miedo a ser involucrados en algo. Muchas personas no quieren suscribir documentos, muchas personas quieren mantenerse al margen de ciertos procesos que son obligatorias para Controlaría”.
En cuanto al allanamiento a su oficina, criticó que se haya realizado tras una llamada anónima, sin una forma previa o un conjunto de indicios.
Sobre las glosas desvanecidas, indicó que si hubo circunstancias que hayan motivado desvanecimientos, es la Justicia la que debe analizar y actuar, pero su parte, no ha recibido presiones y “si alguna vez me hubiesen pedido que haga algo que está en contra de mis principios, de mis convicciones o que es ilegal, yo ese instante hubiese renunciado, a mí jamás se me presionó para nada y jamás se me dispuso nada”.
Lamentó lo que ocurre y espera que se aclare porque “se requiere de Contraloría. Esta es una institución que debe superar estas dificultades y seguir funcionando, porque el país necesita de un organismo que haga contrapeso y audite el uso de recursos del Estado”.
Por: Stalin Briones
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