Un juicio entre «alitas y una tuerta»

Este martes, 14 de septiembre, se llevó a cabo el juicio político en contra del Defensor del Pueblo, Freddy Carrión, que fue censurado y destituido tras 15 horas en las que no solo se disertó sino que también hubo tiempo para el sarcasmo e incluso una falta de respeto hacia una legisladora.

Jhajaira Urresta, asambleísta por Unes, intervino y se quejó del trato que ha recibido por parte de otros legisladores que la mencionan como «la tuerta», una condición en la que quedó tras participar en las protestas del pasado octubre del 2019 en las que producto del impacto de una bomba lacrimógena perdió un ojo.

«Es injusto que mientras le sacaron los cueros al sol a los asambleístas en este Pleno se reúnan y digan la tuerta va hablar, sí aquí está la tuerta y está hablando», expresó Urresta.

Pero no fue la única perla de sesión, ya que el presidente de la Comisión de Fiscalización, Fernando Villavicencio, recordó que Carrión en su defensa dijo que había tomado 2 copa de vino y comido unas alitas que posiblemente tenían algo y que eso lo sacó de control.

Villavicencio del forma sarcástica llevó un bucket de alitas «con LSD» y una copa de vino, el mismo menú que supuestamente causó estragos en Carrión el día de los incidentes en el departamento del ex ministro de Salud, Mauro Falconí.

Otra de las interpelantes, Yeseña Guamaní, inició su intervención mencionando que Carrión está acusado de un ataque sexual, pero contradictoriamente después dijo que no iba a mencionar eso porque el juicio tenían otra causal.

«El juicio político a Freddy Carrión es por defender los Derechos Humanos de los ecuatorianos. Aquí existe agresión a dos personas; en especial, a una mujer», dijo Guamaní, que después se desligó de ello para acusar al ahora, ex funcionario, de incumplimiento en sus labores.

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