Aunque muchos lo recuerdan solo en su última etapa como el Contralor subrogante que empezó a destituir a varias figuras vinculadas con el correísmo, Pablo Celi lleva décadas participando activamente en la política del Ecuador.
No es auditor, tampoco abogado, es sociólogo de profesión, doctor en filosofía y profesor de política internacional que trabajó en varias instituciones como la Universidad Católica y las Fuerzas Armadas.
Participó activamente como miembro del Partido Comunista y aunque parezca contradictorio fue parte del gobierno de Abdalá Bucaram, siendo subsecretario de Educación bajo las órdenes de Sandra Correa, cuestiona por haber copiado sus tesis de graduación. Pero lo más polémico de su participación en este gobierno fue el estar involucrado en el caso de la mochila escolar, aunque la Justicia lo absolvió.
Celi además fue asesor de Fabián Alarcón, presidente del Congreso que destituyó a Bucaram, posteriormente trabajó con el expresidente de la República, Lucio Gutiérrez.
En la Contraloría, Celi aparece en 2010 como subcontralor Administrativo, gozando de la confianza del antiguo titular de esa función, Carlos Pólit.
Poco después, durante el mandato de Rafael Correa, fue designado representante del Ecuador ante el Centro de Estudios Estratégicos de Defensa (CEED) de la Unasur.
Después de participar en el CEED retornó a la Contraloría como subcontralor general, y desde mayo del 2017 ejerce el cargo de Contralor General subrogante, tras romper la remoción ordenada desde Estados Unidos por Pólit, por lo que muchos de sus adversarios consideran que se autodenominó en el cargo.
Desde entonces, ha orquestado varias auditorías y exámenes especiales, incluso hasta recomendar la eliminación de cuatro organizaciones políticas, entre ellas Fuerza Compromiso Social, que apadrinaba al correísmo. Celi ha gozado del respaldo del Gobierno de Lenín Moreno y hasta del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) transitorio, liderado por Julio César Trujillo (+), que lo ratificó en funciones hasta 2022, sin organizar un proceso de designación del titular, tras la salida de Pólit.
Aunque en su momento lo negó, le está pasando factura su vínculo con su sobrino José Raúl De la Torre Prado (exasesor de Petroecuador), detenido en Miami por lavado de activos, relacionado con el cobro de coimas por contratos en la petrolera estatal, en junio de 2019, y quien posteriormente se declaró culpable.
De la Torre admitió coimas por $3,15 millones y en su momento Celi dijo “mi sobrino que responda” y deslindó conocer cualquier acto de corrupción en el que estuviera involucrado su familiar.