Los avances tecnológicos están a la orden del día y parece cada vez más cercana la posibilidad de juntar al hombre con las máquinas en un solo ser, algo que antes parecía solo un tema de ciencia ficción.
Las máquinas día a día ganan espacio y parece cuestión de tiempo para que empecemos a ver humanos on line, conectados a internet las 24 horas solo con el pensamiento, algo que se vuelve más cercano gracias a los microchips que pueden ser implantados en el cuerpo.
Bryan Johnson, empresario y fundador de la compañía de neurotecnología Kernel, explicó en una entrevista con el portal Wired por que en un futuro próximo todos llevaremos microchips en nuestras cabezas.
En Silicon Valley esto no ha pasado inadvertido y así como Kernel, ellos también han dispuesto su inmensa capacidad de financiación y atracción de talento para el desarrollo de la tecnología que unirá al hombre con las máquinas.
El objetivo de Kernel pasa por desarrollar tecnologías de implante de microchips en los cráneos de personas con enfermedades o disfunciones neurológicas para reprogramar sus redes neuronales y restaurar de esa forma algunas capacidades perdidas. Sin embargo, las actividades de la empresa no se limitarán a esta práctica, y en unos años incluso gente sana podría utilizar esta tecnología.
Se apunta a que a través de los implantes también se tenga acceso a tareas diarias, como el acceso de información en internet, manejo de cuentas bancarias, realizar llamadas y otros temas para los que necesitamos en la actualidad un ordenador o al menos un smartphone.
Ante la interrogante acerca de si las tecnologías de inteligencia artificial pueden llegar a experimentar un salto evolutivo sin necesidad de mejorar el cerebro humano, Johnson responde que “es imposible”. Según él, como el ser humano “reina en el planeta” y es “la forma más poderosa de inteligencia, no tiene más alternativa que ‘abrir’ el cerebro” y contribuir a la evolución cognitiva.
Afirma que “ahora estamos en la época de la evolución autodirigida genética, biológica, neurológica y físicamente”, ya que gracias a los avances no solo se podrá combatir las enfermedades sino también prevenirlas desde el momento mismo de la concepción.
¿Somos acaso las últimas generaciones en nacer de forma natural?
Acorde lo previsto por Johnson, la manipulación genética le dará a los humanos la capacidad de evadir enfermedades y la implantación de los microchips también aportará a un control completo de la salud y la economía misma del sujeto.
Ante los cuestionamientos morales, apunta que todas aquellas personas que se muestran en contra de los cambios y temen todo lo nuevo, deben resignarse a lo que depara el futuro a la humanidad.
«¿Por qué pensamos que lo que tenemos ahora es tan sagrado? ¿Por qué pensamos que somos un estándar sagrado y que para cambiar la configuración necesitamos alguna justificación masiva? ¿Acaso la humanidad no se halla inmersa en un esfuerzo constante por cambiarse a sí mismo?», se pregunta el empresario.
La influencia como se apunta no solo abarca la salud, también la economía y la gente que tendrá chips en el cerebro podría tener un estándar de vida superior a los que no los tendrán, lo que generaría una nueva causa de desigualdad social similar a lo que sucede en la actualidad con el acceso a la educación.
Los implantes neuronales ya se utilizan y cabe señalar que el primer implante coclear (un pequeño transductor que transforma señales acústicas en estímulos eléctricos para el nervio auditivo) se puso en 1972 y en la actualidad cerca de medio millón de personas en el mundo los utiliza.
En los últimos años, se han hecho pruebas con retinas artificiales y se está experimentando con electrodos implantados para facilitar la integración y uso de prótesis robóticas. Por otro lado, Rob Rennaker de la University of Texas-Dallas, desarrolla desde 2013 un microchip que ayuda en la rehabilitación tras infartos y traumatismos con buenos resultados.
En Europa ya se empezó a utilizar implantes de chips en áreas que no son médicas y el portal Euronews da cuenta de ello en un artículo en el que destaca el sorprendente éxito que ha tenido esto en Alemania.
Sven Becker es el director de «I am Robot» (Yo soy Robot), una empresa digital creada en 2015, que vende microchips NFC (Near Field Communication) a través de una página web y su iniciativa surgió después de ver el éxito que tenía en Estados Unidos el implante de chips en mascotas.
El chip se configura con los teléfonos pero Becker descubrió que el artefacto no era del todo compatible con los móviles europeos, así que ordenó su propio kit de microchips y se utilizó a sí mismo como conejillo de indias, implantándose uno en su propia mano, entre el pulgar y el índice.
Se programa el chip con el teléfono y con solo pasar la mano se puede pagar cuentas mediante un débito, se usa como una tarjeta de acceso, ya sea para ingresar a su casa u oficina.
La inteligencia artificial nos toca las puertas y la humanidad en poco tiempo podría ver el nacimiento de la primera generación de cyborgs, algo que tiempo atrás habría parecido solo algo salido de Hollywood.
Por: Stalin Briones
sbriones@cromaclictv.com