Al ciudadano Carlos Cabezas Medina le propinaron 26 impactos de balas al pie de una iglesia evangélica en la isla Trinitaria; a Bryan Asunción Cagua lo acribillaron con la misma cantidad de disparos en su domicilio, en frente de sus familiares, en el sector del cerro San Eduardo y Billy de la Torre fue baleado con 20 proyectiles, mientras andaba en su bicicleta en Sauces 4.
Estos asesinatos se registraron durante el primer trimestre del 2022, en cada uno de los decesos los sicarios dejaron su firma criminal o la de su organización delictiva.
La experta en perfilación criminal Alexandra Mantilla explica.
La firma es todo acto innecesario dejado sobre la víctima, el impulso psicológico del victimario que quiere demostrar algo y dejar un mensaje.
Mantilla, al igual que otros especialistas, coinciden en que un asesinato con más de cinco disparos podría considerarse una firma del sicariato.
Imagen obtenida de El Universo