Hace un año los cadáveres se acumulaban en las calles
Este domingo se recuerda con angustia los problemas que hubo hace un año por el levantamiento de cadáveres en Guayaquil, era el inicio de la pandemia por Covid-19 y los sistemas colapsaban ante la magnitud de la emergencia.
Muchas personas tuvieron que pasar hasta 5 días encerrados con los cadáveres de sus familiares, esperando su turno en el listado para ser retirados por Medicina Legal, y en varios casos la desesperación por el temor de contagiarse llegó al punto de que se quemó en las calles muebles y ropa de los fallecidos.
En las redes sociales se podía constatar que la gente prefería sacar los cadáveres de sus seres queridos a las calles ante la demora de las autoridades, y la policía indicaba que hasta el 31 de marzo se habían registrado casi 450 cuerpos en la lista de espera para ser retirados de las viviendas.
Las funerarias tampoco se daban a basto por la alta demanda provocada por el rápido aumento de contagiados y fallecidos por Covid 19, y llegó a existir escases de ataúdes.
En una entrevista, Jorge Wated, en ese entonces jefe de la Fuerza de Tarea Conjunta desplegada en Guayaquil para frenar la ola de contagios, explicó que la presencia de cadáveres en las viviendas estaba relacionada con la poca capacidad que tenían las funerarias de la ciudad de dar sus servicios mortuorios en conexión con los camposantos.
Las personas tenían miedo de contagiarse por estar cerca del cadáver de un infectado, y el epidemiólogo Marcelo Aguilar afirmó que el cuerpo inerte de una persona, en sí mismo, no transmite el virus, sino que el riesgo está en la manipulación de sus secreciones.
También existiría riesgo si se realizaban velatorios o actos masivos por parte de amigos y familiares pero no era indispensable la cremación del cuerpo, como se creía al inicio de la pandemia.
Para las situaciones en las que la persona fallecida no se encontraba en un hospital, se creó un protocolo para la manipulación y disposición final de cadáveres con antecedente o presunción de Covid-19 extrahospitalario, cuyos pasos eran:
-Llamada al SIS ECU 911.
-Clasificación de la alerta.
-Entrevistar al familiar, alertante o cuerpos de seguridad.
-Notificar al distrito de Salud.
-Verificación de defunción y emisión de informe Estadístico de Defunción General (Formulario INEC).
-Inscripción y defunción.
-Notificar a la funeraria.
-Restringir de acceso a familiares.
-Colocación del cuerpo en una bolsa para cadáveres para mantenerlo íntegro, debía estar envuelto en su totalidad -en una sábana o tela antifluidos sin retirar catéteres, sondas, tubos u otros dispositivos médicos que puedan -contener los fluidos del cadáver.
-Una vez colocado el cuerpo en la bolsa sanitaria o material resistente e a la filtración de líquido, pulverizar con desinfectante de uso hospitalario.
-Asegurar la bolsa de cadáveres.
-Traslado por parte de servicios exequiales para inhumación o cremación, del Servicio Nacional de MEDICINA Legal o por Gobiernos Autónomos Descentralizados
-Disposición final del cadáver, ya sea por inhumación o cremación.
-Limpieza y desinfección del área donde se mantuvo el cadáver.
-En caso de que no pueda ser inhumado o cremado en seguida, irá al Centro de Acopio Temporal.
En aquella época corría el rumor de que los muertos por Covid serían enterrados en fosas comunes, lo que originó un fuerte rechazo, pero el presidente de la República, Lenin Moreno, salió al paso para descartar que esto fuera a suceder.
Este año la situación se presenta de forma similar en algunos aspectos, en enero las funerarias de Guayaquil registraron un incremento de un 50% en la demanda de servicios según cifras de la Federación de Organizaciones Sociales dedicadas a esta tarea, por lo que existe el temor de que las situaciones vividas en el 2020 se repitan.
El pasado 25 de marzo del 2021 se registraron 70 sepelios en Guayaquil, una cifra récord en lo que va del año para la ciudad que además contabiliza 4.339 inhumaciones entre los meses de enero y marzo.