Guillermo Lasso: «Seré presidente y solo presidente»
El presidente de la República, Guillermo Lasso, en su discurso de posesión aseguró que será “presidente y solo presidente”, dando a entender que no existirá injerencia en otros poderes y reiteró que no existirán persecuciones.
Lasso inició su declaración recordando que estamos a un año del bicentenario de la batalla del Pichincha, con la que se libertó al Ecuador y señaló que debemos examinar si a lo largo de estos 200 años hemos estado a la altura de esos ideales republicanos que nos vieron nacer.
Cuestionó si “¿el país que hoy recibimos responde a la grandeza de aquel sacrificio?” y apuntó que especialmente en los últimos años, en Ecuador no se ha gozado de libertad, de ley y la independencia de poderes, así como tampoco ha reinado la igualdad de oportunidades.
“Recibimos un país con históricos niveles de desempleo. Un país que ha deslumbrado por su incapacidad para hacer frente a una pandemia brutal, pero que países en similares condiciones encararon de forma más ordenada, eficiente, y libres de corrupción”, expresó.
Señaló que pese a ser un país rico, el Ecuador no se ha desarrollado porque “nuestros gobernantes nos han fallado. Ellos no han sabido estar a la altura del sacrificio de nuestra gente, verdadero ejemplo de trabajo. Ni tampoco han sabido aprovechar los ingentes recursos que la naturaleza nos ha dado”.
Apuntó que los políticos “se dedicaron al obsceno culto del caudillo, aquel mesías que supuestamente todo lo sabe: lo que está bien y lo que está mal, lo que nos conviene y lo que nos perjudica. Un iluminado que actúa y piensa por todos, que tiene todas las preguntas y todas las respuestas”.
Lasso aseguró que al iniciar su mandato, “termina la era de los caudillos”, e iniciamos la lucha para recuperar el alma democrática del Ecuador.
Indicó que “eso empieza por las cosas más básicas e incluso obvias, pero que estamos obligados a decir. Comienza por no acumular más poder en la figura del presidente. Porque la experiencia nos dice que quienes buscan todo el poder luego terminan buscando clemencia por los crímenes que ocurren cuando ese poder se les va de las manos”.
Afirmó que se mantendrá en los estrictos márgenes que dictan las leyes y “vamos a tener la humildad, pero sobre todo la fortaleza para decir: seré presidente. Y sólo presidente”.
“No perseguiremos a nadie. No callaremos a nadie. Gobernaremos para todos. Esto significa no gobernar a favor de un sector privilegiado, pero tampoco en contra de nadie. Tengan la opinión que tengan, hagan la crítica que hagan”, manifestó.
Afirmó que alguien debía decir esto se acaba aquí, aún a sabiendas de los peligros políticos que conlleva; “aún sabiendo que otros estarían ya exhibiendo aquí, en este estrado, una macabra lista de enemigos y perseguidos”.
Aseguró “se acabó la persecución política en el Ecuador. Yo no he venido a saciar el odio de pocos, sino el hambre de muchos. Yo seré el jefe democrático de un Estado democrático. Mi fuerza no nacerá de cuán alto alce la voz para gritar, sino de cuánto escucharé al pueblo antes de hablar”.
“Detrás de las ruinas del culto al caudillo se empieza a construir una democracia que use el poder limitado por las leyes para hacer más grandes los sueños de sus ciudadanos”.
Recordó cómo llegó al poder apuntando “muchos me preguntan cómo logramos que aquel día (las elecciones) se diera el gran cambio pacífico que ha maravillado al continente y al mundo. La respuesta es muy sencilla. Lo que sucedió fue la democracia en sí misma”.
“Luego de más de 10 años de autoritarismo, de agresiones, de intentos por instaurar un régimen perpetuo, los ecuatorianos asimilamos la más grande lección democrática: que no hay democracia sin participación”, aseguró.
Apuntó que Ecuador es un país de encuentro, una tierra donde se unen hemisferios, regiones, climas, y culturas y toda esa historia debe convertirse en un futuro más justo.
Lasso detalló que sus acciones serán dirigidas a un Estado eficiente para erradicar el hambre, la enfermedad, la falta de educación, el abandono. “Que no haya dudas: nuestra intención no es minimizar al Estado, sino maximizar su capacidad para servir a los más pobres”, dijo.
Recordó que hace unos 40 años el entonces presidente Jaime Roldós Aguilera exigía: “Agua quiere el pueblo. El pueblo quiere agua”, y esto no se ha cumplido por lo que retomará esa promesa, y no solo con agua, sino también infraestructura esencial como vialidad, alumbrado, escuelas, y hospitales.
También se refirió a la lucha por la igualdad de género que “no es un problema sólo de las mujeres. Es un problema nacional, un problema ecuatoriano que debe ser abordado por el Gobierno ecuatoriano”.
“Cuando el desempleo afecta más a la mujer que al hombre; cuando una mujer ecuatoriana gana menos por el mismo trabajo, se produce una inequidad que desgarra el tejido social, empezando por las familias. Y cuando una mujer ecuatoriana es agredida, las heridas las sufrimos todos. Nos convierten en un país menos libre y menos justo, moralmente manchado. Los derechos de las mujeres son derechos humanos y pondremos en marcha todas las políticas necesarias para garantizarlos”, afirmó.
También apuntó a la erradicación del hambre, de la desnutrición infantil y aseguró que “la imperdonable inacción de hoy, nos está costando el mañana, pero el momento llegó para actuar. Este país de encuentro protegerá por igual a todos sus niños, nazcan donde nazcan”.
En materia económica afirmó que después de muchos años, “el planeta vuelve a poner los ojos en el Ecuador, tan solo al producirse la noticia de nuestra elección, el riesgo país se redujo en más de 500 puntos. Aún antes de posesionarnos, se concretó una de las primeras tareas de cualquier Gobierno: crear una atmósfera positiva para el trabajo y el crecimiento”.
Dijo que esa renovada confianza debe comprometernos a todos, especialmente a quienes dentro del Ecuador tienen la capacidad para emprender y crear empleo, y convocó a iniciar sin miedos la reactivación económica.
Llamó a los empresarios, que “demuestren que sin acosos, sin persecuciones, están listos para poner sus recursos al servicio del país, y no al país al servicio de sus recursos. Demuestren su compromiso nacional. Parafraseando unas palabras del presidente Kennedy: mientras como país no podamos ayudar a los más pobres, este Gobierno no podrá ayudar a los más ricos”.
Aseguró que en las últimas décadas hubo cambios tecnológicos, atravesamos una era de invención que ha vuelto obsoletas varias nociones del pasado, “y mientras el mundo moderno se hacía más pequeño, avanzando en conectividad, en comercio y educación digital, en el Ecuador nos decían que debíamos encerrarnos, que debíamos hacer más difícil que nuestro talento salga a competir”.
“Ningún país puede vivir aislado. Todos estamos conectados. De la misma forma que ningún ser humano puede vivir sin ser parte de una familia y de una sociedad, así mismo un país no puede darle la espalda a la familia de naciones que conforman al mundo. El aislamiento, el encierro, sólo conduce a la decadencia”, apostilló.
En base a esto afirmó que “el Ecuador declara que abre sus puertas al comercio mundial. A la Alianza del Pacífico. A tratados de libre comercio con nuestros más grandes aliados. Nos insertaremos plenamente en el mundo para buscar comercio libre y justo”.
También dijo que estamos comprometidos con los principales consensos internacionales para alcanzar el desarrollo sostenible enmarcado en la Declaración “Transformar nuestro mundo: Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
Agregó que los efectos de la pandemia del COVID-19 significarán décadas de retraso en el desarrollo humano por lo que es urgente tomar acciones para revertirlos y la Agenda 2030 es una hoja de ruta que requiere del encuentro de toda la humanidad.
Abordó la situación en el país producto de la pandemia y dijo que “el país tiene que movilizarse. Ministerios, hospitales públicos y privados, médicos, enfermeras, municipios, juntas parroquiales, dispensarios médicos, todo aquel que tenga la fuerza y el conocimiento para poner la vacuna, o para ayudar a que otro la suministre”.
Agregó que se necesita adquirir más vacunas y que la salud no tiene ideologías ni colores y este mal global necesita una respuesta global desde este día entra en vigor el plan que tendrá como objetivo la vacunación de 9 millones de personas en 100 días.
Afirmó que su discurso no es un mero listado de promesas, “será un Gobierno que nos compromete” y apuntó que es obligación de todos asumir los desafíos que impone el futuro, enormes retos que no pueden ser enfrentados aisladamente ni por el Presidente de la República ni por la Asamblea.
“Necesitamos lo mejor de este Gobierno, de la ciudadanía, y de cada partido democrático también, especialmente los aquí reunidos. Aquí, ante los ojos de nuestros mandantes, hago un llamado a la unidad que debe ser atendido cívicamente. Porque nuestra lealtad va más allá de unas siglas, más allá de los colores de unos partidos. Nuestra lealtad es, ante todo, con el amarillo, azul y rojo del Ecuador”.
Apuntó que espera que cada función del Estado recupere sus competencias perdidas y que nunca más exista concentración de funciones en un organismo, estatización de la participación ciudadana, deficiente organización en la lucha contra la corrupción.
Agradeció “a Dios, a quien pido la sabiduría para guiar a mi país en este camino donde muchos antes de mí se extraviaron. Que me conceda la prudencia para discernir siempre entre lo conveniente y lo correcto, entre lo pasajero y lo eterno”.
También mencionó a sus padres, su familia y “al pueblo ecuatoriano por confiar en mí. Pueblo maravilloso, pueblo trabajador. El mejor pueblo al que un presidente puede aspirar”.
Destacó la presencia de Guadalupe Llori como presidenta de la Asamblea apuntando “¿quién hubiera dicho que, algún día, un ex banquero y una lideresa indígena proveniente de la amazonía llegarían a presidir estas dos funciones del estado? ¿Quién lo hubiera dicho? ¿Quién se hubiera atrevido siquiera a mencionarlo? Sin embargo, aquí estamos los dos. Listos para servir y, sobre todo, ansiosos por trabajar en conjunto para bien del país”.