«Te ruego me salves de esta situación», fue el dramático pedido a Lionel Messi de Murtaza Ahmadi, el niño afgano que se hizo famoso en 2016 al viralizarse una fotografía que lo mostraba enfundado en una bolsa de plástico con la que emulaba la casaca número 10 de la selección argentina del hoy astro del París Saint-Germain.
Una imagen que conmovió al mundo y al propio Messi, quien también se emocionó profundamente en ese momento y, a través de UNICEF y de algunos sponsors, le regaló un uniforme completo de la selección «albiceleste» autografiado y luego lo recibió como invitado especial durante un amistoso del Barcelona.
Hoy, cinco años después y tras la caída del gobierno de Afganistán y la vuelta al poder del régimen talibán, Murtaza vuelve a pedirle ayuda a su «superhéroe» con mensaje igualmente conmovedor: «Estoy atrapado en mi casa sin poder salir porque tengo muchísimo miedo. Te ruego, sálvame de esta situación», afirma.
«Quiero jugar al fútbol y hacerlo en paz, en un lugar seguro», continuó el niño afgano al confesar que «a veces, por la noche, sueño que llegan los talibanes, tiran abajo la puerta de mi casa y me gritan», completó.
Murtaza y su familia, que son musulmanes chiitas, llegaron a Kabul hace dos meses procedentes de la provincia de Ghazni tras abandonar su casa y sus pertenencias, incluidos los «tesoros» que Messi le regaló al niño, frente a la avanzada de las tropas del talibán.
Por las amenazas que sufrieron, en los últimos dos años evitaron enviar a su hijo a la escuela temiendo que pudiera ser secuestrado pues los yihadistas del Estado Islámico especulan con que la familia del niño recibió una importante suma de dinero del astro argentino.
En mayo de 2016 habían emigrado a Paquistán, desde donde pidieron asilo político, que fue rechazado, a Estados Unidos, cuya retirada de Afganistán después de décadas de guerra, facilitó el regreso al poder del régimen talibán. (ANSA).