Durán, una ciudad a la sombra de Guayaquil
Durán es una de las ciudades más grandes del Ecuador, superior en población a muchas capitales provinciales, pero su cercanía a Guayaquil la eclipsa y pareciera que fuera más pequeña de lo que realmente es, generando que en muchas cosas sea una urbe olvidada pese a ser la sexta más poblada del país.
En cuanto a población Durán supera a ciudades como Portoviejo, Loja, Ambato o Esmeraldas, con cerca de 230.000 habitantes que no cuentan con un servicio permanente de agua potable y alcantarillado, algo que ha sido un mal sin resolver por distintas administraciones municipales y es que el tema no es fácil de resolver, es muy complejo dotar de una red funcional a un cantón tan grande que ha sido olvidado por décadas.
El agua es vida, y sin agua difícilmente se puede pensar en el desarrollo de una población, por lo que es primordial que se empiece a generar soluciones que tardarán años pero es mejor iniciar que esperar o tomar medidas parches como la distribución del líquido vital a través de tanqueros, lo que al final se convierte en un negociado.
Pero no solo el agua es un problema para Durán, los mismos problemas de seguridad que aquejan a Guayaquil también existen en cantón ferroviario, que ha visto sus calles invadidas por el microtráfico de drogas, la delincuencia común y el sicariato, lo que aleja también al poco turismo que se podría realizar.
Durán requiere un impulso, brindar algo especial que la diferencie de Guayaquil que acapara la atención, pero no se trata de competir con una urbe mucho más grande y con más recursos, se trata más bien de convertirla en una aliada para crecer de la mano, guardando las distancias, como sucede con Samborondón que tiene en una de sus parroquias una zona comercial pujante gracias a su cercanía con la Perla del Pacífico.
La oferta gastronómica ha sido importante por muchos años en Durán, incluso antes de convertirse en cantón ya era famoso ir a degustar caldo de salchicha y fritada en sus locales a la orilla del río Guayas, pero además se debe potenciar otros atractivos como el lago de Brisas de Santay, un espejo de agua que actualmente está en riesgo por la contaminación de empresas aledañas que no han considerado que el lugar es un refugio de vida silvestre tan diversa que se puede observar venados, nutrias, osos hormigueros y una importante variedad de aves.
Cabe pensar en rescatar el ferrocarril menos con museos dedicados a la historia de lo que en su momento fue un hito para unir a Quito y Guayaquil en una de las obras de ingeniería más grandes de la historia del país, algo que no puede quedar en el olvido y que va de la mano con la identidad de la urbe.
Se debe regular las empresas existentes y buscar que sean amigas de la ciudad, que ayuden a cuidar el entorno, mucho más cuando Durán es una de las ciudades más industriales del país, por lo que se necesita incluirlas en proyectos destinados a mejorar la calidad de vida tanto de la flora y fauna, como de los habitantes de la misma ciudad.
Sin ser una población muy atractiva para vivir, Durán ya ha experimentado un gran crecimiento demográfico gracias a que es prácticamente un dormitorio de Guayaquil, pero si se trabaja en dotarla de más servicios, infraestructura, comodidades, el dormitorio será acogedor y muchas más personas buscarán vivir en esta urbe que pese a tener ofertas inmobiliarias no es muy bien vista.
Guayaquil es una ciudad ya saturada, que difícilmente podrá expandirse más, lo que representa una oportunidad para Durán pero también un reto, ya que debe cambiar los prejuicios existente y también lograr dotar de servicios básicos al menos a la mayor parte de su población para volverse más atractiva para la inversión.