En Villa La Grange en Ginebra, comenzó la primera cumbre entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su par ruso, Vladimir Putin, que debería durar entre cuatro y cinco horas, antes de las dos conferencias de prensa separadas.
El encuentro comienza con una reunión entre ambos, acompañados por sus respectivos ministros de Exteriores, y luego habrá una reunión extendida con los presidentes y cinco consejeros de cada uno de ellos.
Biden y Putin fueron recibidos al llegar a Ginebra por el presidente de la Confederación Helvética, Guy Parmelin, quien afirmó que Suiza está «feliz, en conformidad con su tradición de buenos oficios, de favorecer el diálogo y la mutua comprensión. Les auguro un diálogo fructífero en interés de sus países y del mundo».
Antes de comenzar la reunión Biden y Putin se tomaron una foto, en la que se estrecharon las manos y se miraron a los ojos durante las palabras de bienvenida de Parmelin, pero el presidente ruso enseguida desvió la mirada hacia los fotógrafos.
Los coloquios de hoy «no serán fáciles, será una conversación muy difícil», dijo el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, en una entrevista con la televisión rusa.
La ciudad los recibió blindada, con zonas cerradas, tránsito interrumpido e imponentes medidas de seguridad.
El parque de la propia Villa La Grange se transformó campo atrincherado, con kilómetros de alambre de púa, soldados y agentes de patrulla.
La cumbre representa un enorme desafío logístico y de seguridad, con unos 2.000 agentes movilizados de la policía de Ginebra y 900 más de otras partes de Suiza. También hay un millar de hombres del ejército y la fuerza aérea protege el espacio aéreo, temporalmente cerrado del 15 al 17 de junio en un radio de 50 kilómetros y hasta 6.000 metros.
De todos modos anoche se reunieron miembros de la diáspora rusa en la Plaine de Plainpalais, en el centro de Ginebra, para pedir la liberación de los prisioneros políticos en Rusia, en particular la de Alexei Navalny.
Tomado: Agencia ANSA.